Yate imperial “Standart”. Fotos: Dominio Público
El yate imperial “Standart” sirvió a la familia Romanov durante 20 años, siendo considerado uno de los barcos más elegantes y lujosos de su época.
El “Standart” era un verdadero palacio flotante, con camarotes para la familia real, sus amigos y sirvientes. Entre las instalaciones a bordo destacaban un comedor con capacidad para 75 personas, el despacho del monarca, una iglesia y varias otras salas para atender las necesidades de la dinastía gobernante.
El oficial Nikolai Sáblin, que sirvió en el barco, describió la decoración como “estrictamente al gusto inglés, sin dorados, decoraciones o estucos, pero esa simplicidad y buen gusto parecían más ricos que cualquier lujo o esplendor”.
Además de albergar a la familia Romanov, el yate también servía como un enorme parque de diversiones para los hijos del zar Nicolás II, que eran supervisados por marineros especialmente asignados, conocidos como “tíos”. Para los adultos, a bordo siempre había una orquesta y ocho cañones Hotchkiss de 47 mm, utilizados para fuegos artificiales y entretenimiento.
El “Standart” impresionó a numerosos jefes de Estado europeos, incluido el emperador alemán Guillermo II, quien expresó su deseo de recibir el yate como regalo del zar ruso. A pesar de las múltiples indirectas, Nicolás II ignoró las peticiones de Guillermo.
Con el fin de la era imperial y la llegada del período soviético, el “Standart” fue convertido en un cazaminas, luego utilizado como cuartel flotante y, finalmente, como objetivo para pruebas de misiles de la Marina soviética.
En la década de 1960, el barco fue desmantelado y vendido como chatarra, poniendo fin a su historia como una de las embarcaciones más imponentes de la Rusia imperial.
Fotos: Dominio Público. Fuente: rbth. Este contenido fue creado con la ayuda de IA y revisado por el equipo editorial.
